«Más de visita en Lisboa es esencial sentir!
Es probar un crujiente Pastel de Belém con canela, por la mañana, soleada, al mismo tiempo que se vislumbra el imponente Monasterio de los Jerónimos. Dé un paseo a lo largo del Tajo admirando los navegantes portugueses valientes, sentir el sol que nos «calienta el alma.»
Tome el tranvía y subir hasta el mirador de San Pedro de Alcántara y probar una cerveza portuguesa refrescante mientras admiramos el Castillo de San Jorge.
Es recorrer sus calles estrechas, subir colinas y sentir el olor de sus flores en Alfama. Sentar para probar una especialidad de bacalao al sonido de un escalofrio FADO. Corresponde a un tejado y deleitándonos con un buen vino portugués mientras admiramos la luz del atardecer.
Y va más allá y se embarcan en este estiramiento de Lisboa a Cascais, la elegante ciudad que encanta con sus playas y refresca con su mar.
Es dejarnos fascinar con su Monte de la Luna, en Sintra, donde nos enamoramos del sonido de la naturaleza y donde nos perdimos en un mágico mundo del imaginario, repleto de palacios y jardines que nos transportan a épocas de aventuras y probar una queijada o travesseiro mientras confraternizamos con las gentes de la tierra.
Siento que esta «Lisboa menina e moça», todo el mundo encantador con su amabilidad y hospitalidad y nos hace querer volver…»(Liliana Ferreira, equipo de welcome be@home)